La academia ganó la final de la “super copa internacional”. Un minuto antes de que el partido se vaya al alargue, en lo que fue un tramite muy parejo, el arbitro Rapallini cobro un inexistente penal y la copa se queda con los de avellaneda. Una final ilógica con un final ilógico.
Muchas razones dan pie para decir que está fue una final muy extraña, mas allá de las polémicas en el partido. En principio esta copa que normalmente reúne a los campeones de la liga y de la copa Argentina no pudo cumplir esa sencilla consigna. Por un lado el campeón de la liga fue Boca, el campeón de la copa Argentina fue Patronato de Paraná. Desafortunadamente para la AFA patronato no reúne las suficientes condiciones como para representar al futbol argentino en los Emiratos Árabes Unidos. Pero el campeón de campeones hoy fue Racing, justamente el club que no gano ningún torneo en 2022.
En segundo lugar, y para sumarle sin razones al asunto. Boca y Racing y la terna arbitral llegaron a EAU en el mismo vuelo. Y de la misma manera regresaran Argentina, compartiendo avión jugadores xeneizes, los campeones y los árbitros. Llamativa decisión de la AFA (organizadora del viaje) teniendo en cuenta que hace apenas 3 meses un partido entre estos dos equipos dejó 11 tarjetas rojas y 7 amarillas luego de las peleas en el campo de juego.
Esta final siguió tan bien su papel absurdo que terminó definiéndose con un penal inexistente que no fue chequeado en el VAR y coronando al campeón de campeones al equipo que no fue campeón.