Hay días que las noticias llegan más rápido que otras, dentro de ellas, la sección de policiales son las más interesantes cuando los policías atrapan a los delincuentes o malhechores. Me he preguntado después de ver este sábado una situación fuera de la común ¿Quién habrá sido la policía y los chicos malos en el estadio Mestalla de Valencia?
Se jugaba la fecha 27 de la Liga Española entre el Valencia, que recibía al puntero absoluto, el Real Madrid. La sorpresa la daba el equipo local, en 30 minutos pasó adelante en un marcador de 2 a 0, hasta los hinchas más pesimistas, o farzalonistas, no podían creer lo fácil que le marcaron al puntero blanco. Hugo Duro abrió el marcador, mientras que el segundo gol, fue un error u horror de Carbajal para habilitar a Roman Yaremchuck, quién eludió a Lunin que muy sabiamente no le cometió penal, si no era expulsión.
Los Merengues siguieron con el mismo ritmo, un Vinicius Junior intratable, quien marcó dos veces para emparejar el marcador. Los dueños del partido eran los de Carlo “Carletto” Ancelloti, hasta que llegó la última jugada, minuto en tiempo extra y todo lo que había hecho bien el árbitro lo trajo abajo por un centro al área que terminó en gol del Real Madrid. Jude Bellingham anotó el tercer gol del Madrid, pero el referí pitó el final del partido cuando la pelota estaba en el aire rumbo a la cabeza de Bellingham que decretaba la victoria del Real Madrid.
Fue un final tumultuoso otra vez por los árbitros, de la que fue una de las mejores del mundo. La justicia existe para algunos y para otros es injusto. Todo lo sucedido me hizo acordar de un caso muy conocido que explotó un año atrás con el rival de siempre, aunque siempre se le cree que existe neutralidad. El árbitro se lleva las miradas por un polémico final de partido. Aunque cómo siempre en las noticias policiales solo aparecen los ladrones en las portadas de los periódicos.
