El fin de semana, el equipo que siempre en la puerta del horno se le quema el pan, del casi casi campeón, es decir, el Atlético de Madrid, tuvo un pobre desempeño en el Metropolitano Stadium ante el Villarreal. El equipo del Cholo Simeone solo sacó un punto que lo aleja del líder Real Madrid.
EL submarino amarillo abrió el marcador desde el punto penal tras fallas en la parte técnica de los jugadores colchoneros Axel Witsel y Reinildo Mandava al no poder controlar el balón. El delantero Gerard Moreno amarillo quedó enganchado fácilmente entre las piernas de Mandava dejando no opción al árbitro principal más que cobrar penal.
Diego Pablo Simeone decidió jugar sin un 9, poniendo desde el inicio a Ángel Correa junto con Julián “La araña” Álvarez. Antoine Griezmann fue al banco de suplentes cuando ha sido un titular indiscutible. La araña hizo un trabajo de organizador ofensivo y por momentos cumplió en el sector defensivo. El desempeño del delantero argentino de sacrificarse por el equipo es bueno y ha dado resultado en ocasiones anteriores, pero el sábado ante el Villarreal no funcionó. Álvarez no encontró un acompañante en el ataque.
El empate del Atlético llegó gracias a unas combinaciones dónde Samuel Lino solo tuvo que empujarla al arco en el segundo tiempo. Simeone hizo cambios para cambiarle la cara a su equipo pero tanto los titulares cómo los que ingresaron fueron intermitentes.
Al Atlético de Madrid le volvió a pesar la presión de salir a buscar el partido sin un delantero fijo de área. Simeone es el gran responsable por estar rotando a los jugadores sin un propósito definido. Me dio la sensación de estar viendo al equipo del FC Cincinnati donde el técnico pone a todos los jugadores para que no haya malas caras en el grupo. Esto es Fútbol Europeo y no una liga en expansión. Ahora el Atlético de Madrid se queda a cuatro puntos por debajo del Real Madrid y tres por encima del Barcelona.
