Muchas veces tenemos altas expectativas para las metas personales como ser el primero de la clase, tener mejor carro, trabajo u otras alternativas. Pero no todo se puede cumplir por diferentes factores al mismo tiempo porque todo lleva un momento corto o largo plazo. En este caso, la MLS, hizo un “Dream Team” de soccer con la estrella Lionel Messi en el Inter-Miami. Este año 2024, al Campeón del Mundo lo rodearon con lo mejorcito, contratando jugadores argentinos más el goleador Luis Suárez que venia del Gremio de Porto Alegre.
En ocasiones, el historial del jugador con un galardonado pasado, le asegura un buen contrato a pesar de que su mejor momento fue años atrás. El marketing excesivo, que tanto mal ha hecho en el mundo del fútbol, vende y convence a muchos fans que algunos jugadores son inmortales. Esto último, Miami lo hizo a la perfección, originando locura entre lo hinchas (no solo Inter) y “Messi Lovers”, quienes abarrotan los estadios, disparando el precio de las entradas, las cuales subían cómo la espuma de la cerveza. Era, fue y es, un gran negocio para el Inter Miami y para la MLS tener a 4 figuras de peso mundial, en papel, un equipazo y una mina de Oro. Pero a nivel deportivo, Inter-Miami siempre fue una incógnita, hasta el pasado miércoles.
En el Estadio BBVA, la realidad de Messi y sus amigos, colapsó como un castillo de naipes frente al Monterrey por la Concacaf Champions. Miami se enfrentó ante los “Rayados”, un equipo que ganaba con lo justo y no venía demostrando su poderío que muchos se jactaban. El Monterrey había goleado solo al Comunicaciones de Guatemala en la primera llave, después le ganó al FC Cincinnati por tan solo un gol de diferencia en ambos partidos. El partido de vuelta entre Monterrey e Inter Miami, traía bastantes expectativas para saber si el equipo mexicano era capaz de ganarle a este “equipazo” rosado o si el equipo de los viejitos, por no decir el equipo de los amigos de Messi, iba a dar baile y cátedra futbolística para la algarabía de la secta, Messiana.
Los directivos de la MLS e Inter-Miami, habían puesto todas sus esperanzas que los dirigidos por el “Tata” Martino llegasen a la final del torneo de clubes más importante de la Concacaf. Cabe recalcar que la MLS rompió sus propias reglas, no solo para traer a Lionel Messi, sino también en la contratación de sus otras estrellas. La MLS cumplió su objetivo de formar un super-equipo en busca de levantar el nivel y percepción mundial de su Liga. Pero no todo lo bonito es bueno. El papelón que hizo Miami en Monterrey, tiró por los suelos la imagen y categoría de la MLS con un performance desastroso de todo el equipo de Messi. La frustración de Messi, Suarez, Alva y Busquet se vió reflejada en la incapacidad física de cada uno de ellos al no poder igualar el ritmo de juego de un Monterrey enfurecido, otorgando un espectáculo futbolístico digno de recalcar. Felizmente para la MLS, el Columbus Crew existe.
El club de fans, “Messi Lovers”, cómo siempre van a tirarle un salvavidas a los 4 fantásticos de Miami mientras a los demás que se lo coman los tiburones y culparlos del fracaso. Esto ha sido repetitivo durante muchos años en el Barcelona y el París Saint Germain. La pregunta de siempre es ¿Hasta cuando la gente va a vivir engañada? ¿Quieren vivir engañados? Lo del “Tata” Martino es insalvable porque teniendo un equipo casi a su gusto y con refuerzos, no ha podido dar la talla. En la MLS con un partido más que todos en la Conferencia Este, está tercero en la tabla y si nos vamos más atrás, el Barcelona del 2013-2014, donde tenía un mejor Messi y compañía, perdió la Liga Española y solo ganó la Supercopa de España al Atlético de Madrid con el gol de visitante tras un 1 a 1 el Vicente Calderon, en el de vuelta empataron 0 a 0 en el Camp Nou. Ni que decir en la Champions League, a muchos todavía se les cae las lágrimas recordar esa época. Tata en conferencia de prensa post-partido, se excusa que las reglas de la MLS en contrataciones ponen límites a su equipo. Da la impresión que Martino es un técnico que no le gusta enseñar o trabajar, en otras palabras, la vagancia está primero, pero cómo está escrito anteriormente, y ¿los privilegios que le han dado en traer jugadores? Quizás por eso no le fue bien en México y en el mundial.
El de los tres mexicanos clasificados a la semifinal de la Concacaf Champions, América, Pachuca y Monterrey, este último es el más bajo futbolísticamente. Esto da a entender que Inter-Miami fue derrotado por un equipo mediocre futbolísticamente hablando y sin muchas chances para ganar está competición internacional. Por el otro lado, el único equipo que sacó cara por la MLS fue el campeón Columbus Crew, que calladito y bajo la sabia batuta de Wilfried Nancy, han entrado a semifinales jugando un buen fútbol. Ni a Nancy, ni a sus jugadores, les tembló las piernas en el Estadio Universitario, sobre todo luego del error garrafal del arquero Patrick Schulte en el gol de Tigres, que significaba la eliminación. El valiente equipo del Columbus, fue con todo al frente y dieron un batacazo de campeón, con mucha autoridad ante los “tigrillos”. Sus jugadores terrenales cómo Diego Rossi, Chucho Hernández y otros, dieron el ejemplo de como un equipo debe jugar una competición internacional. A punta de coraje, garra, buen despliegue físico y fútbol, el Crew se pone entre los 4 mejores de la zona. Columbus saca cara y pecho por la MLS, demostrando que no se necesita nombres de talla mundial, ni favores administrativos, para jugar bien al fútbol, sino un plantel comprometido fuera y dentro de la cancha.
Tener estas altas expectativas hace que el golpe sea duro para la MLS y además para todos los fans de Messi, los pasajeros Inter Miami Lovers y los 4 fantásticos Lovers. Hay que aceptar que el tiempo pasa para todos. El corazón se les puede partir a muchos, pero el ex – mejor del mundo, es un jugador trotón, que camina en la cancha y con la falta de cambio de ritmo. Ahora el Inter Miami le queda solo enfocarse en el torneo local, y la Leagues Cup. Es mejor tener un equipo terrenal que un equipo de ex-estrellas que se estrellaron abruptamente en las alturas de Monterrey.