Después del último triunfo contra Atlanta United (1-0) y de la buena actuación de su nuevo jugador
atacante Kevin Kelsy, hubo mucha expectativa para el partido en casa contra Saint Louis City SC, con
estadio lleno, excelente ambiente y buen clima como testigos de honor.
Los primeros minutos fueron un manojo de nervios, FC Cincinnati tratando de controlar el juego y
Saint Louis en su afán de evitar sorpresas contrarias. A medida de entrar en calor fue apareciendo la
lógica de juego del equipo local, superar táctica y técnicamente al rival con buen control y trato del
balón, sobre todo, ahogándole en su propio campo a base de velocidad de desplazamiento hombre-
balón y cambios largos y frecuentes de orientación para mantener la ocupación abierta, ancha, total y
racional del campo.
La idea transmitida insistentemente por el técnico Pat Noonan, tuvo respuesta concreta de su equipo,
llegando al área contraria con séis y hasta ocho hombres en busqueda de la definición, poniendo
también la alta presión en el medio campo y el marcaje del dos contra uno, como “ley defensiva”, otro
acierto, del nuevo planteamiento de juego, aunque con riesgo del desgaste físico.
En este accionar empezaron a destacar Luca Orellano(23) y Gerardo Valenzuela (22) en los
desplazamientos largos, penetración, y pases perfectos; Obinna Nwobada (5) con su generosidad en el
derroche físico, contundencia en la ubicación, corte y creatividad; y, claro, un Luciano Acosta (10) con su
magia consabida en la elaboración de llegada, especialmente cuando le da vida al juego con un solo
toque.
En ese encaje de combinaciones conjuntas llegó la acción tripartita del penalty, Valenzuela en la
conducción, Kubo en el movimiento de arrastre de los centrales y Acosta en la trampa de la conducción
y búsqueda del contacto dentro del área. Falta que el mismo se encargaría de convertirla con exquisita
clase en el minuto 25.
A Sain Luis City, para contrarrestar el juego del FC Cincinnati, no le quedaba más alternativa que el
agrupamiento en bloque, tanto en defensa como en ataque. La prueba fue la ubicación de su portero
animando al equipo desde el área chica o en el círculo central.
Transcurrían los minutos, se elevaba el ritmo y el intercambio de acciones de ataque, el equipo local
buscando la diferencia y el visitante tratando de igualar. La posesión y administración del juego era la
disputa, batalla que ganaba el Cincinnati por perseverancia, ilusión y ánimo desde la grada.
El Segundo gol del equipo de casa fue por otra demostración conjunta de Valenzuela, habilildad de
Acosta con el más simple pero perfecto toque de balón en profundidad para que Kubo con potente tiro
cruzado de derecha logre el segundo gol a los 48’25”, convirtiendo el estadio en alegría general.
2o. Tiempo. El equipo y el sistema del Cincinnati funcionaban bien, había claridad de ideas y muchas
ganas de aumentar el marcador. Sant Louis City, en cambio, arriesgaba con llegadas masivas y acciones
individuales, parecía que para ellos el partido estaba O – O. En ese trajinar y en una acción confusa y sin
peligro en el centro del campo, Cincinnati “elaboró” una perfecta tejida de juego hacia atrás con la
participación de cinco jugadores: Acosta, Bucha, Murphy, Celentano y Miazga, que en devolución al
portero, marcó a placer, logrando el “mejor autogol” de la historia del fútbol. Error imperdonable de
cinco jugadores, sobretodo, del portero, que jamás debe hacer ese saque al marcador central, mismo
que tenía que enviar a cualquiera de los laterales. Autogol regalo que motivó al visitante y empezó a
especular un posible empate.
Transcurrieron los minutos con ataques de los dos bandos, creando emoción en el público que alentaba
al local para que concrete un triunfo más amplio. Saint Louis no se rendía, insistía en su sueño de
empatar o ganar inclusive y llegaba con todos sus hombres al área contraria. Pero, claro, había una
diferencia de juego con el “equipo de Acosta” que buscaba afanosamente un tercero para hacer la
noche… Y lo logró al minuto 79’ en otra acción de su clase que la compartió generosamente con Santos,
logrando así el 3-1 definitivo con un público que no se movió hasta el final, esperando también el
resultado del Miami que al final ganaba su partido por acción magistral del ecuatoriano Campana. (FBO)
